Los objetivos fueron:
- Analizar los distintos roles del docente, en la gestión de la clase de matemática.
- Identificar, como parte de trabajo del alumno, la responsabilidad de verificar si lo realizado es correcto o no.
- Trabajar cooperativamente aceptando responsabilidades, respetando las normas acordadas, las ideas y producciones de los pares, tolerando los errores propios y ajenos.
Construir herramientas que permitan obtener resultados sobre aspectos de la realidad sin necesidad de realizar experiencias efectivas y responsabilizarse matemáticamente por la validez de esos resultados son, dos aspectos ineludibles del quehacer matemático escolar.
Se propone abordar la validación en la clase de matemática, como parte de la responsabilidad del alumno. Para ello, el docente debe organizar y gestionar la clase en función de las variadas formas que puede adquirir el trabajo matemático, el nivel de conocimientos que el problema involucra y el tipo de interacciones que se pretende promover.
¿Cómo trabajar matemáticamente en la clase, de manera que los alumnos puedan, progresivamente “hacerse cargo” por sus propios medios de la validez de los resultados que encuentran y de las relaciones que establecen? ¿Cómo lograr que los alumnos no esperen la respuesta del docente en cuanto a si “está bien” o si “está mal” lo producido?
Se pretende que los docentes reflexionen sobre la propia práctica teniendo en cuenta las prescripciones de los N.A.P., con el objetivo de brindar herramientas a los alumnos, donde los conocimientos matemáticos les permitan tomar decisiones y anticipar resultados. Como docentes debemos promover distintas instancias que les posibiliten, a nuestros alumnos, ir adquiriendo mayores niveles de autonomía de trabajo.
Porque, como expresa Carmen Sessa, “Hacer matemática va más allá de las cuentas. Es imaginar, hacer conjeturas, discutir, poner a prueba lo que uno supone y validarlo, construir entre todos un conocimiento”
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